Como ya comentamos en 2015, gran parte de los edificios construidos antes de la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación (CTE) tiene carencias en cuanto a medidas de protección contra incendios se refiere, principalmente en los espacios comunes.
Esta situación no solo no ha mejorado con el avance de los años sino que ha ido a peor, pues el pasado 2016 terminó con 172 fallecidos en incendios y más de 125.000 intervenciones de bomberos, un 20% más que el año anterior.
Las causas principales de estos sucesos son los calefactores defectuosos, sobrecargas de red eléctrica o descuidos como cigarros mal apagados, sartenes en el fuego o estufas encendidas toda la noche.
La inexistencia de medidas básicas de seguridad que ocurren en la mayoría de los casos producen que se tarde más tiempo en detectar los incendios y en su posterior extinción.
Para evitar estos incendios conviene mantener alejadas las estufas a 1 metro de los objetos, no dejar velas encendidas, alejar de los niños los encendedores y cerillas, apagar los aparatos que puedan ocasionar incendios cuando los inquilinos salen de casa o duermen, al igual que las llaves de paso de gas, evitar la conexión de varios aparatos en un mismo enchufe, no utilizar aparatos eléctricos en mal estado y, por supuesto, instalar detectores de humo o tener un extintor a mano.
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