Hoy en día la mayoría de las ciudades están llenas de cámaras de videovigilancia en espacios públicos y privados, principalmente para prevenir delitos y actuar con eficacia si finalmente suceden.
La cuestión es que China, como en muchas otras cosas, ha ido un paso más allá. Sabiendo que los ciudadanos ya utilizan el reconocimiento facial para multitud de tareas habituales, como pedir menús en restaurantes, han desarrollado un software de reconocimiento facial que aprovecha las cámaras de seguridad y las fichas policiales para identificar en cuestión de segundos a delincuentes o sospechosos, avisando posteriormente a las fuerzas de seguridad con una margen de error mínimo.
En el poco tiempo que lleva funcionando, la aplicación ha permitido la detención de 60 personas. Además, se está controlando a diversas bandas criminales, puesto que monitoriza a cualquier individuo que pasa por delante de la cámara en cuestión.
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