La madrugada del pasado sábado se declaró un aparatoso incendio en la zona superior de un edificio de viviendas de 21 plantas en el distrito madrileño de Hortaleza, situado al norte de la capital, que se saldó sin heridos aunque con numerosos daños materiales, especialmente en 9 pisos de los 18 afectados.
La rápida actuación de los bomberos, que emplearon dos autoescalas de 70 metros de longitud para poder atacar el fuego por el exterior y la columna seca interior (sistema de protección contra incendios que permite elevar el agua hasta las plantas superiores sin necesidad de desplegar mangueras por las diferentes plantas) del inmueble, junto al buen aislamiento de la torre, hicieron que las llamas estuvieran extinguidas en menos de dos horas. Al tratarse de un edificio de nueva construcción, la normativa obliga a disponer de estancias bien compartimentadas, de modo que las escaleras fueron totalmente seguras para llevar a cabo la evacuación de los vecinos, sin permitir la propagación de las llamas.
Las primeras hipótesis sobre el desencadenante del incendio se encuentran en la sala de máquinas o en una barbacoa celebrada en el ático esa misma noche.
La cuestión es que, pese a las pocas consecuencias graves que ha tenido este incidente, no podemos dejar de lado un asunto importantísimo: algunos inquilinos del rascacielos han denunciado que las alarmas del sistema de protección contra incendios instalado en la comunidad no saltaron debido a que estaban desconectadas. Al parecer, estas se anularon tras sonar en repetidas ocasiones cuando los sensores detectaban una mínima carga de calor*.
Es evidente que, de haber funcionado correctamente, se habrían evitado gran parte de los daños materiales ocasionados. Pero, ¿quién es el responsable de este suceso?: ¿la comunidad de propietarios por solicitar su desconexión o la empresa de mantenimiento que accedió a realizar tal imprudencia?
Recordemos que el mantenimiento de los sistemas de protección contra incendios es obligatorio según el RIPCI (Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios) para garantizar el correcto desempeño de los mismos. En este sentido, debemos destacar la importante labor de las empresas mantenedoras de sistemas, no solo a nivel preventivo sino también correctivo. Una vez detectado un fallo en el funcionamiento de cualquier elemento de PCI, informar al usuario es vital para subsanarlo cuanto antes y no obviar el problema como parece que ha ocurrido en esta ocasión.
Por ello, contratar los servicios de una empresa de confianza con larga trayectoria en el sector es primordial.
*Fuente: El Mundo
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