Aunque nacieron para observar ensayos militares, su principal función ha sido siempre la detección de intrusiones en espacios tanto cerrados como abiertos con el objetivo de controlar los posibles hurtos o robos, sobretodo en tiendas y almacenes. Sin embargo, las aplicaciones de la videovigilancia se han incrementado con el paso de los años gracias a los avances y las nuevas prestaciones del software, lo que ha permitido expandir su utilización hacia nuevos sectores.
Hace tiempo que la videovigilancia dejó de ser únicamente un utensilio para la seguridad ciudadana, adoptando además funciones de control. En este sentido, ya es posible encontrar dichos sistemas en espacios públicos para la monitorización social con el objetivo de reducir la criminalidad e identificar delincuentes; en el control de accesos, tanto para personas como para vehículos y mercancías; o en la prevención (de riesgos laborales, de accidentes de tráfico, de incendios…).
Todo ello es posible gracias al monitoreo en tiempo real y desde prácticamente cualquier dispositivo con conexión a internet (PC, ordenadores portátiles, móviles, tablets…).
Pero, ¿dónde encontramos los supuestos más extraños?
Agricultura y ganadería: últimamente son muchos los casos de robo en explotaciones agrarias, ganaderas y casas de campo, lo que incrementa la necesidad de saber en todo momento lo que ocurre en dichas tierras. Ante la falta de personal que se encuentre continuamente allí, la videovigilancia se sitúa como la mejor alternativa.
Además, en los últimos meses se ha generado un controvertido debate sobre la instalación de cámaras de videovigilancia en mataderos o centros donde se encuentren animales vivos, comprendiendo desde la descarga hasta el sacrificio de los mismos, para ayudar a garantizar el cumplimiento de los requisitos de bienestar animal recogidos en la normativa vigente.
Energía: en el caso de este sector, la videovigilancia implica principalmente la protección de centros de investigación que almacenan estudios y datos relevantes, así como de las propias instalaciones que generan los recursos energéticos. Lo ideal en estos casos es la utilización de cámaras térmicas digitales, que generan imágenes a partir de la diferencia de temperatura entre los cuerpos, permitiendo crear soluciones especialmente indicadas para el monitoreo en grandes usinas, plantas hidroeléctricas, etc.
Educación: ante la responsabilidad que implica el cuidado de los niños en horario escolar, muchos colegios encuentran en los sistemas de videvigilancia una forma de controlar los accesos a las instalaciones así como las conductas que puedan afectar a la seguridad de los mismos.
Medios de transporte: la videovigilancia en autobuses, trenes y metros se realiza principalmente para localizar y controlar rápidamente los actos vandálicos o acciones contra la seguridad de viajeros y empleados, además de resolver eficaz y eficientemente las emergencias sanitarias. También encontramos este tipo de sistemas en taxis.
Cabe destacar que todo ello se encuentra regulado por la Agencia Española de Protección de datos. Aquí podréis encontrar una guía de videovigilancia elaborada por la misma.
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