Un grupo de estudiantes de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) ha desarrollado, dentro del proyecto STRANDS (basado en la creación de robots capaces de aprender a desenvolverse autónomamente en situaciones reales), un robot que puede desempeñar la labor de un vigilante de seguridad sin ayuda ni supervisión.
Se llama Bob y mide un metro y 55 centímetros de alto. Sus labores son exactamente las de un guarda de seguridad: vigila el entorno y escanea toda la zona a través de sensores 3D para detectar movimiento, se asegura de que las puertas estén bien cerradas, etc. Si algo se mueve o aparece de forma diferente en comparación con su anterior análisis, envía la información a sus compañeros humanos.
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