Los expertos cifran en más de un centenar el número de individuos de nacionalidad georgiana que, desde hace aproximadamente dos años, se asientan en Madrid para robar pisos y casas aprovechando que sus propietarios no están. Se trata del grupo de bandas más activo a nivel europeo. Pero además de georgianos, aunque en menor número, también son comunes los grupos de ladrones rumanos y serbocroatas.
Estos clanes residen habitualmente en barrios como Usera, Vicálvaro o Carabanchel y acuden a distritos de clase obrera como Hortaleza, Ciudad Lineal o San Blas para perpetrar los robos, dado el bajo nivel de seguridad que tienen sus pisos.
Por su parte, el modus operandi de estas bandas es el siguiente: primero realizan una fase de vigilancia, saliendo a la calle en busca de objetivos. De esta manera, se centran primero en viviendas donde no haya nadie y los propietarios hayan salido sin echar la llave. También tienen en cuenta que cerraduras de estas casas correspondan con los modelos que «trabajan» a través de técnicas muy similares, como el «bumping» (se golpea una llave preparada para determinados modelos de cerradura previamente introducida en el mismo para desbloquear los cilindros), el «ganzuado» (manipulación manual de los sistemas internos de bloqueo del cilindro con una ganzúa) o el «lockpicking» (abrir mediante el análisis y manipulación de los componentes internos, sin utilizar la llave original). En una misma mañana pueden vaciar tres o cuatro hogares.
Esto es así dado el «vacío» judicial que existe frente a este tipo de delitos, pues el robo con fuerza casi nunca conlleva prisión preventiva para los detenidos y únicamente está penado con entre dos y cinco años de cárcel, produciendo de esta manera una llamada a la acción para el resto de bandas.
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