Son muchas los edificios, tanto de baja altura como rascacielos, que han sufrido grandes incendios desde el principio de las construcciones. Pero, ¿esto influye directamente en el derrumbe de los mismos? La historia muestra que, a pesar de lo afectada que pueda quedar la estructura del inmueble, un solo incendio no ocasiona la destrucción total del mismo.
Como ejemplos recientes encontramos el Windsor de Madrid en 2005, el incompleto edificio de Televisión de Beijingel en 2009, un bloque de apartamentos en Shanghai en 2010, el hotel Address Downtown dentro de un rascacielos de Dubai en 2015 u otro este mismo año en el emirato de Ajman.
Lo cierto es que tras el derrumbe de las Torres Gemelas en el 11-S mucho se ha hablado sobre el motivo del mismo, asociado principalmente al incendio que provocó la colisión de los aviones. Los expertos mantenían que ningún edificio en dichas condiciones (moderno, reforzado con acero y de gran altitud) se había derrumbado hasta el momento como consecuencia de un incendio incontrolado, y el ingeniero especialista en incendios Norman Glover confirmaba que «casi todos los edificios de gran altitud podrían sufrir algún incendio de importancia durante su vida útil, pero ningún rascacielos se había derrumbado debido al fuego«.
No obstante, las investigaciones demuestras que una explosión en el interior de los mismos debido a las llamas o que las generase posteriormente sí podría dar lugar a su desplome.
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